Crece el fraude al Seguro

Los Premios de la XVIII edición del Concurso Sectorial de Detección de Fraudes en Seguros 2011, acto en el que también presentó el Informe sobre el Fraude en el Seguro Español. La directora del írea de Formación de la asociación, Marta Rodrí­guez, fue la encargada de explicar los datos contenidos en este estudio, en el que se constata un incremento del 10,5% en los intentos de fraude, ya que en 2011 fueron 130.959 los casos investigados, frente a los 118.470 de 2010.

Según los cálculos realizados, esos casos habrí­an tenido un coste para el resto de asegurados de 521,4 millones de euros. Sin embargo, la actuación de las aseguradoras en detección e investigación permitió que finalmente solo se abonasen 157,1 millones, lo que ha supuesto un ahorro de 364,2 millones de euros, que se hubieran pagado indebidamente.

Para lograr evitar que los datos de fraude sigan creciendo, las aseguradoras aumentaron en 2011 más de un 15 por ciento los gastos en investigación, llegando a destinar cerca de 8 millones a este cometido. Esta inversión, según se destacó, resulta altamente rentable para las compañ­as ya que por cada euro destinado a la lucha contra el fraude se evitan pagar 46 euros a los defraudadores.

En cuanto a los ramos en los que más se detectan los intentos de fraude, sigue destacando el de Automóviles (73 por ciento), seguido de Diversos y Responsabilidad Civil General (con un 23 por ciento) El 4 por ciento restante se reparte en Vida, Accidentes y Salud.

La crisis económica es, indudablemente, una de las principales causas del aumento del fraude. En este sentido, en el informe de ICEA se aprecia un incremento del número de intentos de fraude no profesionales, como por ejemplo, simulaciones de robo o incendios de negocios. También continúa habiendo redes delictivas organizadas, sobre todo en relación con el seguro de Autos.

Internet y las nuevas tecnologí­as se han convertido en dos potentes armas en lo que a la investigación se refiere. Así­, por ejemplo, a través de las redes sociales se ha podido comprobar cómo algunos de los asegurados no tení­an ningún problema para realizar actividades que, según habí­an declarado, no podí­an llevar a cabo debido a las secuelas de las supuestas lesiones sufridas.