La actual situación económica está motivando el envejecimiento progresivo del parque automovilístico (un 43,7 por ciento de los vehículos supera ya los diez años) y el alargamiento de su vida útil (con una media de 8,8 años de antigüedad).
En este sentido, los coches con diez o más años de antigüedad concentraron el 9 por ciento de las reparaciones en taller el pasado año, cuando antes de la crisis tan solo representaban el 2 por ciento, según el informe Impacto de la crisis en las reparaciones realizado por Audatex España a partir del análisis de más de 4,2 millones de valoraciones.
Esta tendencia a "estirar" la vida de los turismos supone un fuerte revés para la rentabilidad de los talleres. La factura media de un vehículo de más de diez años ronda los 828 euros, un 3 por ciento menos que antes de la crisis, mientras que la de un turismo con una década se sitúa en los 883 euros, con una disminución del 0,9 por ciento, y la de los coches recién matriculados se sitúa en 1.031 euros por una reparación, 17 euros menos que antes de la crisis, diferencia que sube hasta los 43 euros en aquellos con un año de rodaje.
En relación con los menores beneficios para los talleres, Ricardo Buchó, jefe de Marketing de Audatex, señala que "los turismos con menos de cinco años acumulan una caída del 21 por ciento desde el inicio de la crisis en el sector y concentran el 57 por ciento".
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