Las organizaciones tienen la oportunidad de aprender lecciones de las catástrofes naturales ocurridas en 2011 a fin de reducir el impacto adverso en sus balances de futuros siniestros de este tipo. Así lo aprecia Marsh en su estudio Lecciones aprendidas de las catástrofes de 2011, en el que se indica que la escala de las catástrofes experimentadas el pasado año superó anteriores modelos de predicción de pérdidas, cambiando la manera establecida de pensar sobre la naturaleza del riesgo.
El informe señala que tras los eventos de 2011 las compañas necesitan deben cuestionar sus estrategias de gestión del riesgo e introducir nuevas metodologías para fortalecer sus operaciones operativas y financieras.
Marsh destaca la creciente importancia para las empresas de los planes de interrupción de negocios, sobre todo a raíz de los fallos en la cadena de suministro tras el terremoto y posterior tsunami en Japón y las inundaciones de Tailandia. "Al aprender las lecciones de sucesos pasados, las empresas pueden reducir la probabilidad y el impacto de las pérdidas futuras y reducir al mínimo sus reclamaciones de seguros", explica David Pigot, presidente de la práctica global de Reclamos de Marsh.
Desde su perspectiva, "los acontecimientos de 2011 no sólo expusieron las debilidades en las estrategias de riesgo de muchas organizaciones a nivel mundial, sino que también desafiaron a la industria aseguradora para que desarrollara políticas que sean más sensibles a este panorama de riesgo de rápida evolución". No obstante, admite que "si bien no todos los daños y pérdidas económicas están aseguradas, ha habido una significante respuesta por parte del seguro y la gestión del riesgo acorde a los acontecimientos de 2011. En general, la industria de seguros ha demostrado su valor y jugó su papel en el proceso de regeneración para los clientes y las comunidades afectadas".
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